El cambio climático preocupa y mucho. Las instituciones locales, nacionales e internacionales se afanan en crear un marco favorable para que todos los sectores apliquen criterios de sostenibilidad en su actividad.

Así, por ejemplo, es la creación de la interesante guía redactada desde la Comisión Europea que divulga los criterios climáticos para la resiliencia ante el cambio de futuras infraestructuras o edificaciones.

El documento se centra en el desarrollo de proyectos favoreciendo que los inversores puedan conocer cuales están acorde con el Acuerdo de París y, por supuesto, con los objetivos de la Unión Europea en este sentido. Sin lugar a dudas, una herramienta muy útil en la toma de decisiones ante una adjudicación.

Los criterios en los que se basa esta guía dan cumplimiento al Pacto Verde Europeo y están acordes con la Ley Europea del Clima. Se alinean con el objetivo de reducir, al menos, en un 55% las emisiones netas de gases efecto invernadero con el horizonte puesto en 2030 y, para 2050, conseguir la neutralidad climática.

Tienen especial consideración en el texto los activos que promuevan una larga vida útil de la infraestructura, pero, también, en su ubicación. De esta manera prima la resiliencia climática que hemos de entenderla como un proceso que integra medidas de mitigación y adaptación al cambio climático.

Así, la guía ayuda a identificar los riesgos del proyecto y, en consecuencia, a idear las posibles y mejores soluciones para llevarlo a cabo.

Dos pilares

El proceso se divide en dos pilares (mitigación y adaptación) y dos fases (escrutinio y análisis detallado); la documentación y la verificación de los formularios de resiliencia frente al cambio climático se consideran una parte esencial del conjunto de criterios para la adopción de decisiones de inversión.

En concreto, en el caso de las infraestructuras cuya vida útil se prolongue más allá de 2050, las orientaciones establecen que la explotación, el mantenimiento y la clausura final de cualquier proyecto deben llevarse a cabo de manera climáticamente neutra, solución que puede incluir consideraciones de economía circular, como el reciclado o la asignación de los materiales a nuevos fines. La resiliencia frente al cambio climático de los nuevos proyectos de infraestructura debe garantizarse mediante medidas de adaptación adecuadas, basadas en una evaluación del riesgo climático.

Desde Taresco, Ingeniería y Construcción confiamos en la utilidad de esta guía y, para más detalles, te invitamos a descargarla AQUÍ.